EXPOSICIÓN DE CARLOS CRUZ
Creo que es importante reiterar por qué necesitamos más y mejor infraestructura. Por de pronto, porque mejora la calidad de vida y permite reducir sus brechas a lo largo del territorio en tanto la infraestructura es un habilitante clave para el nivel de vida. También la infraestructura aumenta la productividad y contribuye al aumento del PIB potencial, esto es, de la riqueza que podremos crear como país en el futuro. Sin embargo, nuestra tasa de inversión en infraestructura es inferior a la que tenían los países desarrollados cuando su PIB era similar al que tenemos hoy en día. Desde el CPI, proponemos aumentar en un 1,5% del PIB la inversión del país en infraestructura.
La pregunta es quién y cómo invertirá para avanzar en esa dirección deseable. La inversión en infraestructura con recursos públicos no podrá tener un gran despliegue en el corto y mediano plazo por las restricciones presupuestarias del Fisco en medio de sus gastos comprometidos por la emergencia social, económica y sanitaria. Se podrían esperar mayores obras significativas con recursos públicos solamente en deportes (Juegos Panamericanos 2023), y en ferrocarriles (varios programas en desarrollo y en carpeta) y Metro (nueva línea 7 en ejecución, líneas 8 y 9 proyectadas); Salud por su lado estaría creando mejores condiciones para nuevas inversiones.
La ley de Financiamiento Urbano Compartido y el Fondo Desarrollo País (ex de Infraestructura) son instrumentos complementarios desde el Estado que podrían revitalizarse y operar con participación privada. Sin embargo, ambos requieren adaptaciones y perfeccionamientos para convertirse en vías interesantes y eficaces de colaboración público-privada (asuntos de garantías, prendas, bancarización, agencia pública competente, regulación y solución de controversias, apoyo técnico a municipios, entre otros).
Resulta entonces imperioso considerar una renovada y robusta incorporación de privados a una escala importante en el desafío de la infraestructura y ciertamente el mecanismo de concesiones -?en régimen y probado durante muchos años, con una diversidad de sectores y grandes obras, y montos significativos de inversión? aparece como la alternativa apropiada.
Por ahora, sabemos que vía concesiones el total de la inversión efectiva en los años 2022-23 ?aprobada y en ejecución? va a rondar los US$ 2.500 millones. Las licitaciones viales del 2022 se ubicarán en el intervalo de US$ 2.000-3.700 millones, y otras inversiones entre US$ 200-1.000 millones. Son montos importantes y hablan de la vigencia y vitalidad de la asociatividad público-privada y de las concesiones como su mecanismo operativo, aunque no disipan las interrogantes sobre su desarrollo futuro.
El sistema de concesiones, podemos afirmar, no goza hoy de buena salud. Por una parte, el Estado ha usado las concesiones viales como fuente de recaudación y se ha replegado de sus funciones como agente promotor del sistema. Las empresas tampoco han contribuido a mejorar la identidad del sector, tienen poca cercanía con las comunidades, existe un exceso de controversias con el Estado, poca transparencia en la entrega de información sobre inversiones, financiamiento, destino de los recursos, y escasas iniciativas que aporten al medioambiente, salvo excepciones.
El Estado debe retomar la función de liderazgo de una industria que requiere modificaciones. El sistema de concesiones debe ser una forma de financiamiento de proyectos estratégicos de desarrollo-país y parte de un plan nacional de infraestructura, donde las iniciativas privadas sean un complemento. Además, los excedentes del sector deben transferirse a los usuarios, y no a gasto corriente, a través de más y mejor infraestructura y, alternativamente, reducción de tarifas. Puede hacerse un listado tentativo y básico de correcciones y mejoramientos al sistema de concesiones:
- Flexibilización y revisión periódica de los contratos (inversiones, retornos, tarifas, otros).
- Consejo asesor: seguimiento de la industria más que aprobar iniciativas privadas.
- los mecanismos de resolución de controversias.
- Exigencias a las empresas de cumplir con mantenimiento, servicialidad, condiciones ambientales, sociales y de transparencia (información comprensible).
- Fiscalización necesaria.