Resumen
Debido al aumento global de incendios forestales que se espera con el cambio climático, es necesario entender mejor sus efectos y la ecología del fuego en diferentes ecosistemas. En el municipio de Villaflores, Chiapas, se hacen esfuerzos en manejo integral del fuego. En ese lugar se estudió un bosque de Pinus oocarpa Schiede y una selva baja caducifolia, incendiados 6 y 18 meses antes, respectivamente. Los objetivos fueron: modelar la probabilidad de mortalidad y de rebrotación del primero y estudiar la mortalidad, composición y adaptaciones al fuego en la segunda. En ambos bosques se registraron variables dasométricas, de severidad del fuego y se calcularon valores de importancia. Del pinar se obtuvieron modelos logísticos para estimar probabilidades de mortalidad y de rebrotación, que confirman adaptaciones al fuego y características de los árboles que les permiten sobrevivir. Valores altos en: altura, diámetros, altura a la base de las copas y grosor de corteza, reducen la probabilidad de mortalidad. Mayor altura de cicatriz sobre el tronco, la incrementa. Aunque se trata de una especie adaptada al fuego, con corteza gruesa, recuperación de copa mediante rebrotes epicórmicos, rebrotación en la base del tronco y regeneración, el incendio fue severo, con una mortalidad de 48,8% y altura media de la cicatriz del fuego sobre el tronco de 1,5 m ± 1,3 m. En la selva baja el incendio no fue severo, con mortalidad de 5%, se hallaron 37 especies arbóreas y hubo 28 de ellas con adaptaciones al fuego, como: corteza gruesa, latencia física en semilla o pireno del fruto, regeneración y rebrotación. La abundancia de especies con adaptaciones al fuego, deja ver que históricamente los incendios eliminaron especies sensibles y que esta selva, alterada, tiene más especies adaptadas al fuego que las que se pensaba y la ubica como influenciada por el fuego.