Resumen
La escuela de la Bauhaus fue sin duda la gran aglutinadora de los máximos representantes de la vanguardia artística y arquitectónica en Alemania. Supuso, a todas luces, el epicentro cultural en la década de 1920, y una institución clave para el entendimiento de la modernidad en las artes europeas. Sin embargo y sin menoscabar su decisiva influencia, es discutible uno de los méritos que se le atribuyen: la radical novedad de su programa docente. Casi cuatro años antes de que Gropius redactara el manifiesto fundacional de la escuela en abril de 1919, ya estaba en marcha otra escuela de arte en Halle, que posteriormente recibiría el nombre de Burg Giebichenstein, y que supuso un claro precedente de los objetivos pedagógicos de la Bauhaus y de su particular forma de entender la enseñanza de las artes como un acto de creación colectiva en torno a la arquitectura.