Resumen
La emergencia de un nuevo territorio en el siglo XXI ha provocado un cambio en la escala de comprensión e intervención sobre los hechos urbanos multiplicando las dimensiones de su complejidad por lo que nuevos instrumentos y estilos de planeamiento se constituyen como alternativas mediante las que se materializaría el interés por la búsqueda de formas innovadoras de incidir sobre la nueva realidad urbana y territorial. Esta y otras inquietudes que cuestionan la forma en que hemos venido actuando en la ciudad son reconocidas por el Programa Hábitat de Naciones Unidas cuando en su Reporte Global sobre Asentamientos Humanos 2009 señala que la Planeación Urbana del siglo XXI debe renovarse con el objeto de recuperar su papel de instrumento de conducción del desarrollo urbano. No obstante, en el Reporte se reconoce que la Planeación poco ha cambiado y que en países como el nuestro la perspectiva tradicional persiste por lo que es necesario iniciar un proceso de reflexión acerca de los alcances del modelo vigente. Esta tarea requiere de la revisión y análisis de los fundamentos de la Planeación Urbana con el objeto de adaptarlos a las exigencias que se advierten a nivel internacional y, con esa base, identificar cuáles son las rutas emergentes por las que habremos de transitar en el caso de la Planeación Urbana mexicana, objeto de análisis de este trabajo.