Resumen
El cine biográfico realiza una presentación del sujeto como un individuo diluido, ensimismado y descontextualizado. La crítica que lo celebra considera este gesto una ruptura, una disrrupción, pues implica una innovación formal respecto de los cines precedentes, anclados en una forma de representación ?figurativa? y ?militante?. Respecto de ellas, el cine biográfico de la primera década del siglo XXI entrañaría una superación, a la vez, del realismo y del compromiso político con la realidad. Sin embargo, esta innovación formal o expresiva no supone una superación de las categorías de ?realidad? implícitas en las películas. El cine biográfico seguiría siendo un cine mimético pues estaría ?reflejando? las condiciones actuales del individuo y su ?intimidad?; en este sentido, su gesto no tendría un valor disrruptivo sino afirmativo, naturalizador y conservador.