Resumen
La ley tradicionalmente ha sido el lugar de encuentro y fusión entre Poder y Derecho, por lo que realmente a través de ella se hace posible el fundamento racional del poder del Estado, depositada en la figura del Parlamento. Sin embargo, las funciones clásicas de los Parlamentos han sido superadas. En la actualidad, realizan un sinnúmero de actividades, difícil de precisar en un número fijo. Esta indeterminación y dispersión funcional se ha visto profundizada, desde mediados de los años 50, con la amplitud de las intervenciones estatales. Esto llevó, a juicio de Valencia Escamilla, a una creciente tecnificación de las disposiciones legislativas; llevaron al Ejecutivo a actuar de forma predominante dejando al poder legislativo en segundo plano, porque ahora éste se convierte en su colaborador, debido en parte, a que los gobiernos contemporáneos tienden a concentrase en un Presidente, lo que los convierte en conductores de la política nacional e internacional. Como afirma García De Enterría la ley hoy es más cada vez, en las complejas sociedades actuales, un simple medio técnico de la organización burocrática.