Resumen
La ciudad de Mendoza (Argentina) se caracteriza por un intenso bosque urbano, calificando como una «ciudad oasis» inserta en una zona árida. Sin embargo, la isla de calor generada y sus consecuencias energético-ambientales enfatizan la necesidad de replantear el modo de forestar la ciudad. Por tanto, el objetivo del trabajo es evaluar el efecto de distintos esquemas urbanos-forestales sobre el consumo de energía residencial. Para ello, se monitoreó micro-climáticamente nueve canales viales representativos en invierno y verano y se simuló el comportamiento térmico de un prototipo de vivienda inserto en cada canal vial. Los resultados indican que los diseños urbanos que controlan la radiación solar mediante una adecuada distribución de la sombra y permiten una mejor circulación del viento, minimizan los consumos de energía auxiliar hasta un 30%. Esto permite generar propuestas técnicas factibles de incorporar en códigos urbanos y, como consecuencia, un uso más eficiente del arbolado en alineación.