Resumen
El periodo comprendido entre 1929 y 1960 constituye una de las etapas fundamentales para la arquitectura y el urbanismo moderno en Latinoamérica: es un periodo de un intenso intercambio de ideas cuyas realizaciones hacen evidente no sólo la difusión de los valores de la vanguardia arquitectónica, sino principalmente una fértil incorporación de los conceptos iniciales del movimiento moderno y su interpretación en las condiciones de lo local, mediante una pragmática apropiación de elementos formales que anticipan la madurez de una expresión arquitectónica diversa y de una extraordinaria riqueza plástica.