Resumen
El artículo analiza un singular paradigma arquitectónico, el Frontón Recoletos, fruto de la colaboración entre el arquitecto Secundino Zuazo y el ingeniero Eduardo Torroja. Se plantea describir el proceso de ideación, entre el proyecto inicial de abril de 1935 y la elaboración definitiva en septiembre del mismo año, así como ilustrar las permanencias y mutaciones de la obra durante la fase de ejecución. Del mismo modo, el relato de su ciclo vital ilustra la diversidad de usos que acogió. Dañado durante la guerra civil, se reconstruye para desaparecer en 1973. Se pierde así una de las piezas más significativas de la arquitectura española contemporánea. El texto muestra la colaboración entre dos disciplinas que, mediante sucesivas aproximaciones, transforman substancialmente el espacio arquitectónico fusionando armónicamente forma, función y estructura, a la par que pone de relieve la naturaleza versátil de una pieza que fue ideada con un marcado carácter de especialización.