Resumen
La evolución arquitectónica y urbana de La Habana durante sus primeras centurias de existencia, estuvo condicionada en gran medida por la significación de su puerto dentro de la táctica defensiva de carácter intercontinental que desplegó la corona española en sus dominios americanos.Desde finales del siglo XVIII y sobre todo, cuando Cuba y Puerto Rico quedaron como únicas colonias hispanas en América, el trabajo de los ingenieros militares se volcó hacia el interior del país, dirigido a una defensa de carácter diferente, destinada a aplacar las ansias independentistas criollas. Su quehacer entonces combinó los objetivos militares con acciones civiles que tuvieron una gran trascendencia urbana.El presente trabajo se centra en la labor de los ingenieros militares durante el siglo XIX, relacionada con el importante cambio de escala e imagen que transformó a la capital cubana a lo largo de esos años.