Resumen
Mediante las relaciones de méritos y servicios, los conquistadores construyeron de sí mismos una figura de súbditos perfectos, con cuyos actos heroicos ayudaron a conformar el Imperio español en el Nuevo Mundo. Este tipo de documento permitió la vinculación del conquistador con la estructura burocrática imperial, inscrita en la retórica de conquista. Sus relatos se consideran ficciones (del latín fingere), no para discutir su veracidad, sino porque a través de ellos los conquistadores se configuraron como individuos disciplinados, que eran valientes, generosos y leales. Su escritura tenía por fin recibir premios a cambio de los méritos de sus actos, que eran descritos en detalle siguiendo fórmulas comunes. Esta fuente demuestra la existencia de un comportamiento disciplinado, heredado del sometimiento de los súbditos a la Corona, que se vio representado en la conformación de una élite continuadora de la cultura española en ultramar.