Resumen
Una de las características más relevantes de la economía global de principios del siglo XXI es el posicionamiento de la República Popular China como una de las principales economías, concretamente a partir de su incorporación a la Organización Mundial de Comercio en 2001. Ese desarrollo influyó considerablemente sobre la nueva división internacional del trabajo. La creciente hegemonía económica china implicó una reconfiguración para Latinoamérica y, consecuentemente, para la Argentina. El presente trabajo pretende contribuir al debate acerca de la relación Argentina-China en este nuevo contexto, preguntándose si puede caracterizarse dicha relación como una nueva dependencia. Para contestar esta pregunta tomamos dos dimensiones: el comercio bilateral y la inversión extranjera directa china en Argentina. La hipótesis que desarrollamos es que se estaría fortaleciendo una nueva relación de dependencia entre Argentina y China, manteniendo postergadas las posibilidades de un desarrollo pleno y sustentable en el país.