Resumen
En la primera parte de este artículo se retoma el debate sobre la responsabilidad penal por mala práctica médica imprudente ante la progresiva estandarización de las prácticas clínicas. Su consideración crítica permite configurar un paradigma de imputación capaz de conjugar los intereses de los pacientes con aquéllos de los profesionales de la salud. En la segunda parte se plantea la hipótesis principal, argumentando cómo el mismo paradigma puede permitir marcar los límites de la responsabilidad del profesional por eventos adversos causados por la adopción de indicaciones erróneas de sistemas de inteligencia artificial. En las conclusiones se destaca cómo todo proceso de uniformación y automatización encuentra límites insuperables en el pluralismo, la autonomía y la ética de la responsabilidad.