Resumen
La promoción estatal de obras de arquitectura e infraestructura argentinas en la ?larga década de 1960? se vinculó a demandas reconocibles que emergen de la planificación territorial y económica. La profundización del proceso de industrialización implicó para el país la autosuficiencia energética, la comunicación fluida entre centros productivos y los recientemente creados Estados provinciales, así como la industrialización de la construcción. Estos aspectos repercutieron en la creación y desarrollo de diversos programas constructivos. Sin embargo, este artículo revisa la literatura en torno a tres programas específicos: industria, energía y conexiones territoriales, por considerarlos fundamentales y sinérgicos dentro del proceso de industrialización en su segunda fase. En la mirada disciplinar sobre el objeto de estudio, la política y la economía acuerdan bastante en la conceptualización del período, la planificación incorpora la noción de desequilibrio caracterizando al territorio argentino, y desde la arquitectura las obras se han abordado sólo en términos de búsqueda de identidad nacional y de cuestionamientos al estilo moderno. Este trabajo permite señalar que la construcción teórica gira en torno a las nociones de: desarrollismo como modelo teórico, territorio como espacio geográfico y lugar de poder, planificación como disciplina prioritaria en la época y arquitectura para el desarrollo como concepto en construcción.