Resumen
El emprendimiento como fenómeno socio-económico, ya no es más una actividad coyuntural, que las personas económicamente activas se ven abocadas de realizar, a causa de las condiciones económicas que en su país no les ofrece las garantías necesarias para acceder a un empleo digno y bien remunerado. Hoy por sobre todo, el emprendimiento es clave porque determina el crecimiento, la transformación y el desarrollo de nuevos sectores económicos de una región o un país, siendo el ser humano el principal pilar. Por eso, de la figura del emprendedor como una especie de aventurero que asume riesgos, es necesario pasar a la figura de un emprendedor competente, alguien que por la vía de la formación académica adquiera las competencias indispensables que lo habiliten para realizar el emprendimiento que le apetezca, en razón de satisfacer sus necesidades laborales. Y es precisamente las Universidades, quienes deben ser las abanderadas en procesos formativos que generen una cultura del emprendimiento en sus estudiantes, puesto que como es conocido, muchos de ellos se encontrarán en la vida real, con un mercado laboral hostil, injusto y antropofágico, en el que muchas veces las oportunidades laborales están a merced de la injusticia y la inequidad, lo cual juega en contra de quien exhibe sus credenciales de profesional, creyendo que éstas inequívocamente le asegurarán una plaza de trabajo.