Resumen
Las relaciones entre patrimonio arquitectónico y territorio no son frecuentes. La ampliación de la consideración patrimonial al territorio y al paisaje se ha incrementado en los últimos años. Así muchos territorios se reconocen hoy como patrimonio porque de alguna manera se configuran por la existencia en su ámbito de situaciones u objetos considerados patrimonio. La relación entre arquitectura y patrimonio se pone en evidencia en la lectura de las extensiones territoriales por la vigencia de una cierta densidad de arquitecturas patrimoniales y relaciones históricas, pero también paisajísticas. La repetición de signos patrimoniales semejantes hace que el lugar donde ello se produce pueda ser objeto de lectura patrimonial en tanto territorio.Pero también es necesario que esas arquitecturas tengan un grado de definición en relación con el lugar para ser consideradas bajo la categoría de patrimoniales. Es decir, debe ser posible leer en la propia arquitectura alguna serie de rasgos que permitan entender que las obras fueron concebidas en una relación particular con el sitio o con su emplazamiento. Ese puede ser el caso del territorio de Chiloé, donde la densidad y repetición de ejemplares de templos de la escuela chilota habilita su consideración; pero también es en las propias iglesias que se puede leer su relación con el sitio, a través de la torre, del pórtico, del emplazamiento y su relación con el borde mar.Esta condición del patrimonio también puede surgir de una intervención que pretendidamente haya asumido ambas escalas. Es decir que la acción sobre el territorio rural y urbano pueda ser entendida desde un punto de vista arquitectónico. Este ha sido el caso del Plan Serena.