Resumen
El presente artículo integra una línea de trabajo destinada a explorar el vínculo entre la arquitectura moderna y el credo positivista encarnado en el célebre Círculo de Viena, entendido como nutriente crucial en la definición conceptual de aquella. Una apuesta que asume el peso de ese lazo histórico y rastrea su huella en la arquitectura uruguaya producida entre 1930 y 1960: busca apresar su impacto en lo que dice de sí misma, en el modo en que construye su prédica. Bajo esta lupa, el discurso explorado confirma la presencia de algunas claves propias de aquella vena ideológica: la arquitectura adopta los valores clásicos de la ciencia y asume así fuertes compromisos epistémicos. Un hallazgo que no resulta monolítico y abre nuevas preguntas sobre el origen de estos preceptos.