Resumen
Durante el terremoto y tsunami del 27 febrero de 2010 en Chile se
produjo un giro de habitar lo edificado a habitar el espacio abierto
en forma temporal, planteando nuevos retos urbanísticos en el
reconocimiento de estos espacios abiertos como activo urbano con
capacidad de absorción y de mitigación ante una catástrofe. Para
ciudades constantemente afectadas por eventos impredecibles, como
sismos y tsunamis, los espacios abiertos adquieren un nuevo valor más
allá de sus usos originales como agentes catalizadores en el apoyo y
en la reconstrucción de la ciudad. Más que controlar los impactos de
un desastre, se demanda una nueva visión que apunte a desarrollar un
sistema donde reconozca las fluctuaciones ambientales de un relieve
vivo, en dar continuidad ecológica ? ambiental a diferentes escalas, en
un cambio de paradigma para la planificación y el diseño urbano del
Área Metropolitana de Concepción (AMC).