Resumen
Este artículo reflexiona sobre el alcance que debe tener la vivienda social en el momento actual, que supera su limitada condición de oferta higiénica, funcional y programática. La calidad arquitectónica y su integración urbana es ya parte de esa dignidad que requiere el diseño social; la permanencia de los sectores sociales más desfavorecidos en los centros históricos y en sus arquitecturas patrimoniales debe ser así un derecho adquirido. Tras ofrecer una introducción somera del agotamiento del sueño moderno en la periferia residencial y la vuelta a la ciudad, el artículo reflexiona sobre la especulación inmobiliaria que ha rodeado a estas arquitecturas históricas en España a partir de los años ochenta del pasado siglo y que ha convertido el reciclaje de estos contenedores patrimoniales para vivivienda social en una obligación de los agentes públicos. La experiencia pionera en Andalucía de establecer una línea específica de integración de vivienda social en centros históricos es expuesta a partir de proyectos de la propia autora. Estas operaciones tienen el potencial de integrar la protección patrimonial, impedir la tematización de ciudad histórica asegurando la diversidad social y evitar en su caso la despoblación de los municipios menores.