Resumen
El carácter público o privado de un determinado lugar está dado no sólo por sus atributos morfológicos o espaciales, sino cambien por el tipo de funciones que alberga. Así como el hombre condiciona el espacio al momento de crearlo, es el espacio el que recíprocamente condiciona al hombre. La convocatoria o el magnetismo que ejerce un determinado espacio en los usuarios no siempre tiene que ver con la escala, la localización o la morfología del mismo: entran en luego, además, insospechables factores conductuales que enriquecen la visión del arquitecta y del urbanista.