Resumen
Las ciudades del Norte de Chile y en especial Antofagasta, se encuentran en plena transformación de sus espacios públicos. Sin embargo, en su diseño y construcción no se contemplan criterios de sostenibilidad, apropiados a las condiciones ambientales del desierto costero. En efecto, la calidad material y uso de los espacios conlleva a que los edificios entren rápidamente en fase de deterioro y que la vida pública se traslade a los confortables y climatizados interiores de las grandes superficies comerciales.La idea de sostenibilidad se conjuga con durabilidad. El buen diseño a escala de lo público en zonas desérticas compromete el bienestar térmico y lumínico, de ahí que la fisonomía de sombreaderos, portales, pérgolas, toldos, parrones y aleros como parte del equipamiento urbano, no sean simplemente excelentes recursos de aclimatación e imagen urbana, sino que por sobre todo son hechos arquitectónicos que significan la apropiación y arraigo de la vida pública.