Resumen
En 1926 se erigió en Berlín el Monumento a la Revolución o Monumento a Karl Liebknetch y Rosa Luxemburg, en honor a quienes habían fundado el partido comunista alemán, y que habían sido asesinados a los pocos días luego de ser detenidos tras un enfrentamiento entre la policía y los revolucionarios izquierdistas. La suerte de acontecimientos que motivaron esta obra dio origen a una construcción con líneas abstractas y simbólicas para reflejar no solo el conflicto social de extrema contraposición que crecía en los sectores políticos de Alemania, sino también a los mártires de la lucha social que se desarrolla en sus calles.