Resumen
Los antiguos romanos practicaban la sabia costumbre de mirar hacia el pasado para avizorar mejor el porvenir. Esta actitud estaba simbolizada en el dios bifronte, Ianus o Jano, una de cuyas caras mira hacia atrás en tanto que la otra enfrenta el futuro. Y - como este rito se cumplía entre el fin de cada año y el inicio del siguiente, el dios Jano a daba su nombre al primer mes del año.