Resumen
El presente artículo examina la articulación histórica e ideológica del racismo en Cuba, problematizando sus persistencias tras la Revolución de 1959. Para abordar este conflicto, se argumenta a partir de los aportes epistemológicos, críticos y propositivos desarrollados desde el campo teórico que describe, evalúa y desmonta el concepto de colonialidad del poder, donde la idea de raza resulta central para el análisis. Mediante una revisión del concepto de colonialismo interno se intenta explicar el modo en que la política oficial del socialismo cubano elabora su propia ceguera ideológica ante el racismo, expresada en un largo silencio sobre el tema y en una negativa a reconocer la presencia del racismo en la isla. Y se presenta la agenda antirracista como un requerimiento ante los nuevos escenarios globales y locales de un proyecto de transformación social aún incompleto.