Resumen
Una de las tareas fundamentales del trabajo científico es la de poner orden en el caos. No es una tarea baladí ni tampoco eludible. Es más, con frecuencia se realiza de una manera que podríamos llamar automática e intuitiva, lo que impide al investigador realizar alguna reflexión sobre la forma en que está manejando los datos, dando por hecho lo que en realidad debería ser una operación consciente y razonada.Este artículo plantea no sólo la necesidad de clasificar, sino aquellos criterios para una correcta taxonomía, así como su aplicación a la historia de la publicidad.