Resumen
En la segunda mitad del siglo XVIII y a principios del siglo XIX, en plena crisis de la producción obrajera, consta en las fuentes un marcado auge de la producción textil doméstica (dominada por la mano de obra indígena), que se extendió sobre toda la sierra de la Audiencia de Quito. Los obrajes, después de haber perdido, desde principios del siglo XVIII a más tardar, gran parte del mercado limeño por la introducción de paños de segunda calidad de Europa, cambiaron su producción a telas de lana más gruesas y baratas. Sin embargo, sufrieron, al final del período colonial, la competencia sobre todo de la industria doméstica de la misma Audiencia de Quito.