Resumen
El discurso que se podría pensar instituido sobre sexualidad, vincula de forma natural, la sexualidad a la reproducción biológica. Este último se coloca como la piedra angular de los sentidos dominantes. Entonces, todo discurso, acuerdo, relación, etc. que queda fuera de este mandato se destina a la exclusión. Sin embargo, en los últimos años, diversos actores pusieron en jaque esta definición (natural). El movimiento de mujeres y luego el de la diversidad sexual, articularon una práctica política dirigida a discutir estos sentidos, haciendo hincapié en la denuncia de la falsa naturalidad y los regímenes de dominación implícitos en las construcciones. Este ensayo trata de mostrar una pequeña parte de las intervenciones contra el discurso instituido. Teniendo en cuenta la forma específica de uso de imágenes en el espacio público.