Resumen
A partir de la década de los noventa, hubo un incremento sustancial en el número y en el llamado de organizaciones del Tercer Sector en el Ecuador, siguiendo una tendencia de América Latina. Con la implementación de políticas públicas del actual gobierno ecuatoriano (2008), cuyo discurso prioriza lo social en detrimento del capital, a través de un cuadro normativo regulatorio y estricto, las actividades de las ONG's (OSC) se vieron paradójicamente condicionadas a una serie de restricciones, resultando en una reducción significativa de sus actividades en el país. Existe una aparente contradicción en esta nueva dinámica: un gobierno de corte social desmovilizando las actividades de organizaciones que, en principio, por su naturaleza y concepción, estarían fortaleciendo la participación y la representación de la sociedad. Este artículo explora, a partir de supuestos sobre la naturaleza de las OSC y de datos secundarios en el contexto del Ecuador, esta contradicción en la que se mueven las organizaciones del denominado tercer sector. Asimismo, pretende demostrar que, al mismo tiempo que el Estado recupera su rol regulatorio, se observa en verdad menor participación y actuación de la sociedad civil en las políticas sociales, toda vez que se fortalece una relación vertical del Estado con la sociedad civil.