Resumen
En este artículo sugiero que mientras el derecho tradicional no sea capaz de generar una respuesta coherente y transversal para regular las criptomonedas, y en general, para regular los bienes virtuales, la regulación que busque evitar su mal uso debiera ser la mínima necesaria para cumplir con el objetivo de política estrictamente definido. Todavía no hemos desarrollado las categorías conceptuales adecuadas para regular un fenómeno tan nuevo y, además, desde un punto de vista práctico y financiero, las criptomonedas no han alcanzado importancia suficiente para justificar el esfuerzo regulatorio que las monedas tradicionales demandan. Mi argumento se suma a otras voces que han advertido que las sugerencias por regular las criptomonedas, más que inhibir su desarrollo, corren el riesgo de introducir regulaciones inefectivas y superficiales, que sin embargo pueden dañar a actores particulares, como los nuevos adoptantes y los que quieran experimentar con las tecnologías relacionadas.