Resumen
Desmitificar ciertos dogmas, como lo es el de la representación o mandato político, constituye una tarea que debe enfrentarse no sólo a obstáculos racionales sino que también doctrinarios y afectivos. En efecto, conceptos como Estado de derecho y democracia liberal aparecen tan estrechamente vinculados que la idea de uno de ellos automáticamente evoca la del otro.