Resumen
Con frecuencia se admite que al Derecho no corresponde un papel importante en el cambio social. Sociólogos, cientistas políticos y economistas lo miran mas como un obstáculo para las transformaciones de valores y estructuras de la saciedad, que como un instrumento que debe ser tenido en cuenta al planificar, programar y ejecutar el cambio. Es verdad que la experiencia nos muestra que son muy escasas las oportunidades en que una modificación del Derecho lleva aparejada o es la causa de una transformación de la saciedad. Sin embargo, son pocos los que dudan que el Derecho pueda constituirse en una herramienta para el cambio y que su función básica es institucionalizarlo.