Resumen
La documentación generada por el Santo Oficio en Iberoamérica nos permite reconstruir vidas singulares que iluminan el pasado histórico de forma diferente. Tras ser acusado de proposiciones, Tebanillo González fue protagonista de un proceso inquisitorial entre 1789 y 1790 a pesar de los indicios y fama de loco. Su caso, poco frecuente, pues los dementes no eran juzgados por el Santo Oficio, nos permite conocer las relaciones de un personaje marginal con el resto de la sociedad y las iniciativas religiosas para controlar una mente desordenada.