Resumen
Puesto a prueba desde tiempos inmemoriales, el ingenio humano ha creado verdaderas obras de arte para dar respuesta a condiciones adversas. Una prueba de ello son las azudas o ruedas de agua, fruto de la necesidad de conseguir un eficiente riego de los campos destinados al cultivo. Los babilonios ya supieron de sus beneficios. Otras culturas han enriquecido su diseño y perfeccionado su funcionamiento. Y en pleno valle central chileno se puede admirar, hoy en día, las azudas de Larmahue.