Resumen
En este trabajo se muestran algunos ejemplos de las inconsistencias que se presentan en los respectivos instrumentos de consulta de los acervos fotográficos mexicanos; a partir de analizar las formas de poner en acceso público cientos de ejemplares atribuidos a Winfield Scott y Charles B. Waite, fotógrafos estadounidenses que trabajaron en México a principios del siglo XX. Se plantea la hipótesis de que una temprana valoración de la calidad ?estética? de esa producción fotográfica, posibilitó que se organizaran las fotografías siguiendo criterios de la historia del arte y haciendo de lado las propuestas de las ciencias de la documentación. Para evitar las inconsistencias en los contenidos de los instrumentos de consulta, este trabajo pone de relevancia la necesidad de crear grupos documentales en los procesos de catalogación de colecciones fotográficas. Esta propuesta contribuye de forma práctica a evitar los más evidentes problemas que existen en los catálogos, después de normalizar la información de todos los objetos fotográficos que compartan igual imagen indicial o que hayan sido realizadas a partir de una misma sesión fotográfica, se obtendrá una representación textual de esos documentos que sea consistente y congruente. Sin embargo, el objetivo principal de este texto es poner en el centro de la discusión los fundamentos que actualmente prevalecen en los criterios de la creación de catálogos de los tres archivos fotográficos más importantes de México: considerar a cada fotografía una obra de arte individual, dejando de lado el análisis como documentos creados en procesos y contextos específicos.