Resumen
Este artículo de reflexión parte de un antiguo debate sobre las posibilidades reales del conocimiento del mundo sensible a partir de nuestros sentidos. La reflexión se efectúa considerando ejemplos desarrollados en el ámbito de la representación: del arte y de la arquitectura, que demuestran que muchas veces las limitaciones de nuestra capacidad para percibir los objetos pueden ser transformadas en recursos creativos por el talento de sus autores. Algunas de estas obras son guiños a esas limitaciones y nos recuerdan que lo que percibimos, tal como lo hacemos, no necesariamente se corresponde con el objeto real que da origen a la imagen sensible.Los ejemplos aquí analizados son aperturas a nuestra forma convencional de observar que nos revelan que la realidad puede ser muy diferente a lo que creemos ver.Los artistas y arquitectos se valen de esas diferencias para asombrarnos y hacernos dudar sobre los alcances de nuestro conocimiento, conformado a partir de nuestras sensaciones y de nuestra cultura sustentada en la experiencia y en la razón. Basta para ello con quebrar el sistema hermenéutico en el que estamos acostumbrados a contrastar las cosas para que estas obras nos enseñen y nos provoquen una profunda reflexión.