Resumen
La interacción entre los edificios, el medio ambiente y su entorno socioeconómico, así como los impactos que resultan de la misma es algo tan complejo como el propio proceso constructivo. Un análisis riguroso de las afecciones producidas por la actividad edificatoria debe tener en cuenta el ciclo de vida completo, tanto del edificio como de sus productos y componentes. En cada fase, el impacto se produce en todos los niveles; desde un nivel local, como por ejemplo la huella que produce una cantera, a un nivel global, como las emisiones de dióxido de carbono producido por el consumo de combustible para el acondicionamiento de los recintos. Por ello, para un mismo impacto, se trabaja con diferentes escalas. El establecimiento de un sistema de indicadores se ha configurado en los últimos años como un método de evaluación común de un producto, proceso o actividad. No obstante, el proceso constructivo presenta singularidades que es necesario considerar. En el marco del proyecto de investigación del Plan Nacional I+D+i 2004-2007 ?Modelo de construcción sostenible para la recuperación y protección de zonas medioambientalmente degradadas o frágiles: el Valle de Laciana? (BIA 2004-7654), se ha desarrollado un modelo de intervención para construcciones, infraestructuras y su entorno, desde criterios de sostenibilidad. En este artículo, se exponen los resultados alcanzados sobre la aplicabilidad de indicadores y las consideraciones a tener en cuenta en su selección para la evaluación de elementos en general, y de edificios en particular.