Resumen
Más allá de los grandes proyectos arquitectónicos, cinematográficos o editoriales que han intentado celebrar nuestro bicentenario, el Pabellón chileno en la exposición de Shanghai manifestaría un paradojal modo de concebir el ejercicio rememorativo: mediante la pérdida de lo público y la dificultad para la constitución de una historia común. Tales fenómenos se desprenden de la particular estrategia curatorial del Pabellón, al proponer al interior doméstico como representante de la clase media del Chile neoliberal. La paradoja que esta imaginería domiciliaria logra exhibir, únicamente podía revelarse en una exposición internacional. Es allí, en el espacio del Otro, donde se visibiliza lo que la propia celebración bicentenaria, efectuada en el territorio nacional, no hace otra cosa que disimular: la aparente e inevitable banalidad de nuestro actual conmemorar.