Resumen
En 1729 aparece publicado en París el que, para algunos autores, es el primer gran tratado de la ingeniería moderna: La Science des Ingénieurs, escrito por Bernard Forest de Belidor, francés de origen catalán y profesor de matemáticas en la Escuela de Artillería de La Fére, miembro de las sociedades científicas de Londres y Prusia y corresponsal de la Academia Real de Ciencias de París. Con este libro se presentaría un rotundo cambio de dirección en dos aspectos fundamentales de la cultura técnica de los ingenieros modernos: el dimensionamiento de la estructura a partir de procedimientos numéricos y la organización de los procesos de los trabajos de construcción. En las páginas siguientes daré cuenta de los contenidos de este tratado consultado en su versión original y en su particular traducción castellana, no sin antes hablar del papel que cumplió en la disociación de dos profesiones que hasta entonces habrían de compartir actitudes y competencias: arquitectura e ingeniería, tal como se entendían desde los ya distantes años del Renacimiento cuando la durabilidad, la estabilidad y la solidez de un edificio, cualquiera que él fuera, estaban precedidas por una ejecución perfecta, por el uso de los materiales adecuados, y donde el dimensionado de las partes obedecía a un plan general de las proporciones del conjunto, ... de un buscado equilibrio de los elementos. Veremos cómo -con la ciencia de los ingenieros del siglo XVIII-todos estos principios deberán explicarse, entonces, atendiendo a razones de naturaleza algebraica, en el conocimiento de la mecánica y en la comprensión abstracta de los elementos estructurales. Vale la pena señalar que este trabajo es parte de una investigación mucho más amplia sobre las transformaciones del conocimiento técnico en el campo de la ingeniería y la arquitectura entre los siglos XVI y XVIII, en Europa y en América, haciendo especial hincapié en el papel que juegan las escuelas y academias, a uno y otro lado del océano.