Resumen
En este texto es analizado un edificio desconocido en la historia de la arquitectura, pero de gran relevancia, la fábrica de ensamblaje de la compañía norteamericana General Motors construida en Biel (Suiza) en 1936, cuyos autores fueron Rudolf Steiger y Carl Hubacher. Su importancia radica en ser uno de los ejemplos proyectado a principios del siglo XX bajo criterios puramente científicos, donde variables objetivas, aplicadas de manera rigurosa, crearon un todo unitario que respondía de modo eficiente a la propia función. Dejando de lado cualquier premisa estética, el saber hacer ingenieril fue aplicado a la labor arquitectónica. El proyecto arquitectónico se convierte, de este modo, en una suma de evidencias demostrables que definen todos los parámetros. Un modo de hacer que, casi cien años más, ha sido demostrada su vigencia.