Resumen
En la ciudad de Mendoza, Argentina, las viviendas presentan mayoritariamente una baja calidad constructiva en relación con la falta de aislamiento de sus envolventes. Se estima que el 95% de las viviendas existentes no están aisladas en su envolvente vertical y presentan aislamiento insuficiente en techos. En un clima templado continental, con grandes amplitudes térmicas diarias y estacionales, las viviendas presentan inercia térmica como única estrategia bioclimática. En estas circunstancias, las posibilidades de gestión que ofrezca la envolvente -a través de elementos practicables y/o móviles-, son claves para la aproximación al logro del confort interior. El presente trabajo analiza la influencia del uso y gestión de las aberturas en la envolvente a cargo del usuario en una vivienda tradicional, mediante monitoreo higrotérmico, durante 59 días en verano. Para ello, se midieron dos períodos con distintas condiciones climáticas (extremas y moderadas) en los que se aplicó la estrategia de ventilación natural nocturna, gracias a la cual se obtuvo 82% de horas en confort. Asimismo, se midió un período sin gestión de las aberturas en la envolvente, es decir, manteniéndolas cerradas; de lo que resultó solo un 6% de horas en confort. Se concluye, en suma, que la intervención comprometida y consciente del usuario mediante el aprovechamiento de la ventilación nocturna, en combinación con la inercia térmica del envolvente, desempeña un papel importante en el logro de condiciones térmicas en interiores que reducen el sobrecalentamiento durante el verano.