Resumen
En el legado de Eduardo Torroja existen aspectos, cuya repercusión histórica no ha sido sufi cientemente analizada, y que, sin embargo, fueron importantes eslabones de la cadena tejida en torno al desarrollo e industrialización de la nueva vivienda demandada por el Movimiento Moderno desde las primeras décadas del siglo XX. Es sabido que en 1920 Le Corbusier denominó la nueva casa como la "machine à habiter / máquina de habitar", en un rotundo deseo de enfatizar la necesidad de hacerla partícipe de la revolución industrial que desde el inicio del siglo XX estaba cambiando el mundo. La Arquitectura debía preparase para dar muerte a la artesanía abriendo paso a la racionalización, industrialización y prefabricación. La casa, entendida como una máquina, sería un objeto útil, fabricado mediante el ensamblaje de piezas industrializadas al igual que un coche, un avión o un barco. Por ello Le Corbusier declaró la necesidad de crear la entonces inexistente "Caja de Elementos de Construcción" que haría posible la industrialización de la Arquitectura. Eduardo Torroja, fundador en 1934 del Instituto Técnico de la Construcción y la Edificación, que en pocos años alcanzó protagonismo internacional, lideró el desarrollo de la precaria y artesanal industria de la construcción española. La industrialización de la vivienda ocupó un papel fundamental en las investigaciones desarrolladas, que desembocaron en la aparición de nuevas patentes, normativas, y elementos estructurales y constructivos, que fueron llenando paulatinamente la demandada "Caja de Elementos de Construcción", contribuyendo a que la Arquitectura y la Ingeniería alcanzaran las deseadas metas de la Modernidad.