Resumen
El estudio de tres muestras de bodegas elaboradoras, de San Juan, Argentina, revela que la demanda energética (DE) en la vinificación se vincula a los procesos térmicos que se desenvuelven en el interior de las envolventes de vinificación (EV). Estos procesos determinan la calidad del vino y se extienden desde la fermentación hasta la conservación del mismo, durante los cuales el producto requiere cierta rigurosidad térmica, a la que se refiere análogamente en este trabajo como confort del vino. Para determinar la incidencia del clima árido en las condiciones de confort del vino y en la consecuente DE en acondicionamiento térmico, se diseña una planilla de modelización semi-empírica. Mediante este instrumento se experimentan los procesos térmicos de fermentación y conservación del vino en períodos cálidos (fermentación y conservación) y fríos (conservación). Los resultados de la modelización confirman que un incremento de la inercia térmica de las EV promueve la disminución de la carga térmica (QT), la cual repercute sobre la DE en la bodega.