Resumen
Abrumados por la acelerada proliferación de un cada vez mayor conjunto de formatos a través de los cuales, también los temas que ocupan a los historiadores de la arquitectura y el urbanismo, son sometidos a un proceso de escrutinio constante al servicio de la creación de contenido bajo parámetros de producción y rendimiento ?una forma de conocimiento que anula el pensamiento, encontrándose la mayor parte de sus síntomas en la universidad?, uno no puede por menos de sentir cierto alivio al toparse con un libro, publicado con motivo de la celebración de un encuentro de investigación sobre historiografía de la arquitectura, que no sólo es capaz de cuestionar dicha rescisión desde su condición objetual ?un único formato que funciona como una herramienta analógica de acción y que establece una relación entra autores y lectores (no consumidores)?, sino que lo hace, además, inquiriendo cuál sea la manera en que dicha historia ha sido y está siendo pensada.Es decir, no juzgando el pasado, sino interrogándolo, tal y como parece ser el objetivo de los historiadores de la arquitectura, toda vez que su trabajo ha alcanzado una autonomía que se justifica por el asentamiento de unos fundamentos epistemológicos propios.AbstractOverwhelmed by the proliferation of an increasing number of formats through which the themes that occupy historians of architecture and urban planning are also subject to constant scrutiny at the service of creating content controlled by parameters of production and performance ? a form of knowledge that cancels thought, with its symptoms most prevalent in universities ? one cannot help but feel a certain relief when coming across a book, published on the occasion of a research meeting on the historiography of architecture, that is not only capable of questioning this rescission objectively but also does so, inquiring what is the way in which this story has been and is being thought. It is a unique format that works as an analogue tool for action and that establishes a relationship between authors and readers (non-consumers). Or in other words, not by judging the past, but by interrogating it, as seems to be the aim of architecture historians every time their work has achieved a level of autonomy that is justified by the establishment of its own epistemological foundations.